martes, 17 de septiembre de 2013

Más días especiales y menos días normales

Hay días en los que desde el primer momento ya sabes que van a ser especiales, tienes una sensación extraña, algo dentro de ti que te dice que hoy no será un día normal, sino un día diferente, días de esos que siempre recordarás.

Sábado 14 de septiembre, son las 4:00am, suena marimba, la alarma de mi móvil. Salto de la cama con el primer tono, que hora es? Me habré dormido? Gracias a dios no me he dormido, yo creo que sería totalmente imposible dormirse en un día como hoy. 

Pese haber dormido 3 horas y media (el día anterior se nos hizo tarde entre ir a recoger el dorsal, ir al hotel, buscar un sitio para cenar, etc) me despierto con los ojos como platos, me levanto rápido, y ya noto algo diferente, un cosquilleo que me dice que hoy no será un día normal.

Mientras Paula sigue durmiendo, yo preparo mi desayuno; un plato de pasta cocida hace 1,5 días con un poco de aceite y sal. Siiiii, se lo que estáis pensando, no hay mejor desayuno... puaggg!
Desayuno mirando al sofá, donde esta todo el material que utilizaré, y voy pensando en el orden en que me iré vistiendo, que ropa dejaré en la bolsa que tendrá Paula por sí necesito cambiarme a media carrera, y que cantidad de comida llevaré.

Son las 5am, despierto a Paula, la pobre también esta nerviosa y ha dormido fatal. Tampoco le cuesta levantarse, creo que ella también esta sintiendo este cosquilleo.

A las 5.40am salimos para Plettenberg, el hotel estaba a unos 25min de este pueblo.

A eso de las 6.10am llegamos a Plettenberg, y ya se ven a los primeros runners, todos sabemos a lo que venimos, todos tenemos en mente acabar la prueba, se respira muy buen rollito y sin conocer a nadie, con miradas complacientes voy saludado a los runners que me voy encontrando.

Por fin en la línea de salida, ahora toca lo peor, esperar 40min hasta que todo empiece. Entre alguna broma tonta provocada por los nervios con Paula, y las múltiples visitas al baño parece que van pasando mas rápidos los minutos.

6:55am el tío de la megafonía llama a los corredores para que vayan a la línea de salida; o eso creo que dijo, ya que no tengo ni zorra de Alemán, pero hice la de Vicente: donde vaya la gente.



Ya en la línea de salida, empieza la cuenta atrás, corazón a mil y muchas ganas de empezar a correr. El Disparo!! Vamonossss, empieza el Ultramaraton!!

Salgo sin conocer el terreno, sin haber estudiado el perfil, sin saber donde están los avituallamientos, no quise interesarme en nada de esto. Lo único que sí se, es que quiero salir a tope desde el principio, quiero poner mi cuerpo al límite, quiero sufrir al máximo, quiero tener la sensación de no tener un puto gramo de fuerza en el cuerpo y aún así seguir corriendo. Me da igual romper en el km20, o en el 40 o en el 60, no tengo que dar explicaciones a nadie y esto es lo busco con esta carrera.

Por delante, 74km de trail Running con 2150metros de desnivel.


Voy cumpliendo mi estrategia, somos 107 corredores y poco a poco voy adelantando a gente.

Uno de ellos, me llama la atención. Por norma general siempre corremos mirando al suelo, por lo que en ocasiones conocemos mejor los playeros de otros corredores que su propia cara. Y de pronto veo a uno de ellos corriendo en chanclas, atadas con una cuerda. Este fue uno de esos momentos en los que dije: que mierda que no hable alemán y poder preguntarle por que? Seguro qué hay una historia interesante detrás.



Paso los primeros picos, me encuentro genial, súper motivado, bien de pulsaciones y muy bien de piernas. Muy ligero, ágil y rápido en bajadas.


En el km15, tropiezo con una piedra y retuerzo el pie izquierdo pero de esos que suenan. Casi me caigo, me apoyo en un árbol y como no, vienen los peores pensamientos. No me jodas que voy a tener que abandonar en el km15 después de todos estos meses de entrenamientos! Intento apoyar el pie, imposible! Me duele muchísimo. Espero un poco, lo voy moviendo con él en el aire y parece que poco a poco el dolor se esta reduciendo. Vuelvo a apoyarlo, parece que va bien, empiezo a caminar, trotar y cuando me quise dar cuenta ya me había olvidado del tobillo y sólo pensaba en adelantar al runner con un cortavientos azul que va delante mío.

Llego al km30, sigo genial e incluso apretando un poco más. No me olvido de comer y beber mucho. Siempre con la norma en la cabeza de comer cada 45min y beber cada 10min.

En el km35 llevo una media de 5,40min/km, iba que lo flipaba! Es una media súper potente (al menos para mi) para ser por el monte.

Llego al acuador de la carrera, km37 y como premio llamo a Paula: Pipiii voy como una puta avión!!! Hablar con ella siempre me da fuerzas y sabía que su voz me motivaría a seguir. Le digo que sí mantengo este ritmo bajaría de 8 horas, pero sería capaz de mantenerlo? Era totalmente inconsciente de lo que me esperaba...

Km42 Acabo de completar un maratón y estoy súper fresco, pienso. Aún me quedaban otros 32km por delante.

Y llegó lo que no quería que pasase, pero que era consciente de que podría pasar. En el km53 estaba aproximadamente en el puesto 15, y de pronto mi cuerpo hizo BOOMMMM!!!
Fue repentino o al menos no tuve consciencia de ese proceso. Hace unos minutos sentía que volaba, mis piernas daban largas zancadas, y ahora les estoy ordenando que sigan corriendo y ellas hacen oídos sordos. Soy incapaz incluso de trotar. Tengo que parar totalmente. No tengo calambres no tengo dolencias, que cojones esta pasando!
Me adelantan corredores, intentó unirme a su ritmo, pero es totalmente imposible. He pasado el límite, he corrido por encima de nivel y me he quedado totalmente vacío. Pero estoy a 21km de meta, que hago?
Un sentimiento de impotencia me invade al ver a otros corredores acercarse, el no poder correr con ellos, no se qué hacer, rompo a llorar. Es este el final de mi Ultramaraton? Esto no es lo que he soñado cada día que me he levantado a las 6 de la mañana para ir a la piscina o al Gym, o las largas sesiones de entrenamientos por las tardes.
Pienso en posibles soluciones, se que esto es totalmente psicológico. Necesito hablar con alguien, pero cojones! Aquí nadie habla español. 
Ahora más que nunca necesito hablar con Paula. La vuelvo a llamar. 
Lo que antes era alegría, ahora es tragedia. Le digo que no puedo, que estoy roto, que no puedo incluso trotar, y llorando a lágrima viva.
Como una simple voz puede darte tantas fuerzas? Me anima, me dice que puedo hacerlo, que siga poco a poco pero que siga. Le digo que seguiré pero que en una hora me vuelva a llamar como sí de mi particular fuente de energía se tratase.

Asumo y acepto que no puedo volver a correr al ritmo de antes pero vamos a intentar hacerlo lo mejor posible.
Pasado este momento psicológico, voy al trote, más no le puedo pedir a mi cuerpo.

La media ha caído en picado, son unos cuantos los corredores los que me han adelantado, pero ahora esa no es mi prioridad. Mi prioridad ahora mismo es llegar y cruzar la línea de meta y que por dios! se acabe ya esta pesadilla.

Km70 lleva toda la carrera lloviendo mucho pero en los últimos 4km, no se sí fue que los astros se unieron para joder un poco más a Javierin o que, pero cayó el diluvio universal. Estos últimos 4km se hacían en una montaña que estaba justo encima de Plettenberg donde se escuchaba perfectamente al señor de la megafonía. Os podéis imaginar la agonía, yo muriéndome por bajar, por estar en el meta, por abrazar a Paula y por dejar de correr; y el recorrido vueltina pa aquí, vueltina pa allí y así durante 4km hasta que nos tiraron para abajo.



Por fin piso asfalto! Y entro en Plettenberg, hay unos señores en la entrada, me dicen algo, no les entiendo y les respondo con un: Vamosssssss y el puño en alto.

Entro en la zona vallada, esto se acaba, tan sólo unos metros más. Curva a la derecha y siiiiii ahí esta la línea de meta. Ahora no hay dolor, las piernas van solas; no se qué cojones será la felicidad pero estoy seguro que se le tiene que parecer mucho a lo que siento ahora mismo.

Busco rápidamente a Paula, si he acabado este ultra ha sido gracias a ella, sin su apoyo y su fuerza no hubiera sido capaz. La veo al fondo con una mojadura impresionante y le doy un besazo enorme. Y me dice: Te van a entrevistar! Comor????

En esta carrera, todos los corredores que acaben la prueba tienen que pasar por el podium, idea que me encanta y debería ser exportada a carreras en España, ya que acabar cualquier carrera de larga distancia es ser un campeón. Creo que era el único extranjero de la carrera y me hicieron unas pocas preguntas. Si puedo pongo el video.

Me gustaría dar las gracias a mis amigos, gente de Asturias, España en general, gente de Facebook, Twitter que me apoya y anima a conseguir estos retos.

Gente de Where is the limit? Cómo Josef Ajram, Pep Sánchez o Señora! Valentí, que en ellos encuentro la motivación para salir a entrenar día a día.

Y sobre todo a Paula, por ayudarme en los buenos pero sobre todo en los malos momentos, por aguantarme cuando estoy cansado y repunante después de los entrenos, por cuando un sábado se queda sola toda la mañana y parte de la tarde y el domingo también. Por todo eso y por mucho más GRACIAS! Te quiero un montón!

Con este reto pongo punto y final al año 2013, un año increíble que me ha hecho crecer como deportista y sobre todo como persona.

La vida esta llena de días normales, hagamos que en esta vida haya más días especiales y menos días normales.

Un abrazo mis amigos,
Javi

2 comentarios:

  1. Ay, lo estaba leyendo hasta emocionada chico!!!! jajajaj
    Me gustó mucho la crónica, así como tener amigos de los que poder sentirme orgullosa!!!! Un beso ordiiii

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Aldarina! Me alegro de que te haya gustado, un besazo enorme!!

    ResponderEliminar